PROCLAMA PROGRESISTA
Por: Víctor Orielson León Parada
Abogado y Catedrático en Derecho Penal,
Amigas y amigos, conocidos y conocidas, remarco el siguiente texto para decir que nuestra suerte ya está echada, somos un país Pluriétnico donde cabemos todos y muchos más. A los Progresistas, como a los Liberales, Conservadores, Verdes y de otras facciones políticas, incluida las FARC, que nomino como las fuerzas del común, también nos damos cuenta de las enormes dificultades y resistencias que se nos oponen desde esas otras orillas políticas, antagónicas y agresivas, cizañeras, que buscan “vendernos” como una extensión del terrorismo de la izquierda, cuando ello no es verdad; solo pensamos y aspiramos como ciudadanos decentes, dignos, que buscamos reconstruir un país netamente igualitario donde todos los nacionales gocen de los derechos que nos marca la Carta Política.
Sé que serán muchos los ataques, pero pocos los argumentos reales para sacudir nuestra entereza de querer salvar el país y de enderezar los rumbos de esta adolorida nación. Al interior, de lo nuestro, tampoco queremos hacer eco ni hablar de todas esas inconsistencias y egoísmos viscerales de algunos pocos que, en resumidas cuentas, algunas críticas son válidas y consecuentes, particularmente, para un Movimiento Político como el Progresismo que recién se proyecta, funda y propone como una de las mejores opciones y alternativas para dirigir los designios nacionales, aunque, no faltará que todavía algunos de los liderazgos de otros partidos, tales como del Polo, Partido Liberal, Conservador y que hoy se nos unen, hoy estén cuestionados por el descrédito de la politiquería en sus facciones políticas, mismo descrédito que tanto aborrecemos los independientes, pero, a pesar de ello, para limpiar nuestra democracia hoy persistimos con el candidato Gustavo Francisco Petro Urrego, continuar con él la opción de seguir insistiendo por el verdadero cambio social y en tratar de finiquitar de una vez por todas, esas decepcionantes prácticas de marrulla política que desarrolla y utiliza la clase politiquera en nuestro vulnerable país. Tampoco vamos a atacar al establecimiento que actualmente nos gobierna, de todos es conocido lo que está pasando.
Todo tiempo tiene su historia. Aspiramos a construir un mejor país “de-construyendo” los hábitos y malos paradigmas en que “nos” hemos metido. Decimos “nos”, para magnificar también nuestra irresponsabilidad por todos estos anteriores años y décadas en no haber podido y sabido elegir unas mejores representatividades y dignidades para que nos gobernaran. Tampoco quiero hablar del Orden Público perverso que todavía azota a nuestro pueblo. Queremos hablar del perdón; de marcos de tolerancia y convivencia en donde quepamos todos, sin exclusión. Queremos hablar de nuestro medio ambiente, por ejemplo, (¿sabe usted que nuestra Constitución Política ostenta 33 artículos más el preámbulo, que hablan exclusivamente de las responsabilidades, deberes y obligaciones que tenemos todos los nacionales frente al tema del Medio Ambiente?), de nuestras familias, de los derechos de las personas y ciudadanos y ciudadanas que se encuentran en estado de indefensión; queremos hablar y soñar un país normal, tampoco un país ideal, porque él no existe. Sabemos que todas las comunidades y grupos sociales tienen problemas, pero, lo importante es que existan las intenciones y las voluntades para resolver o para mitigar o morigerar parte de esas problemáticas, conociendo que muchas de ellas son propiciadas por circunstancias externas a las mismas personas, pero que, una vez el ciudadano y ciudadana se introduce en ellas, inmediatamente se comprometen sus comportamientos.
Pensamos que todas las personas tenemos derecho a reconvenir nuestras conductas y actos lesionadores si en algún momento de nuestras vidas se ejecutaron, consciente o inconscientemente. Tampoco es un perdón y olvido, no, cada cual y cada quien, en sus cabales, deberá ser responsable de sus actuaciones…, sabemos que muchas de estas culpas se “descargan” de la atribulación y que cuando las manifestamos y las exponemos al público conocimiento y escarnio de los demás, ellos todos sabrán perdonar nuestras debilidades, que también podrían ser de ellos, en un momento.
Mírese que la representatividad política es una dialéctica sencilla que propone, de manera lógica y racional, el equilibrio entre un simpatizante y un elegido. Esa elección que practica él o ella es libre e independiente del simpatizante, es, sin ninguna objeción, la más pura y sana incumbencia de lo que debe ser la política. Incluso, creo que muchos de nosotros consideramos que no deben existir los partidos políticos, a los cuales vemos como monumentales máquinas muy bien aceitadas para imponer y colocar las representatividades de unos intereses muy particulares, nada generales, para desde ese poder ejercer la gestión y el manejo de la cosa pública y con ella beneficiarse, particular y mutuamente, caso muy fehaciente, el Partido de Uribe Centro Democrático, que retrata el partido de un Dictador desbordado por las ansias de Poder y que coloca un “muñeco” para que el caudillo, como artero y mendaz ventrilocuo lo asome a la plaza pública e intente vender un espectáculo, que le transmitirán los medios de comunicación de ellos (RCN, Caracol, La W, , Semana, El Tiempo, entre otras más), que se lucraron con los contratos de las pautas publicitarias, de este entonces.
Para nuestro postulado Progresista, cualquier ciudadano que quiera ser político de profesión, solamente deben alzar la mano y solicitarle a la comunidad local o nacional su intención. No se requiere, para este ciudadano aspirante a un cargo de elección popular, que un supuesto partido político le avale sus intenciones. El que si debe avalar esos propósitos, es el constituyente primario, es decir, la comunidad nacional. Todo esto para decir y magnificar que: Dentro de la política no deben haber dineros ni coimas para retribuir unos supuestos favores recibidos. Este concepto, aparentemente ingenuo encierra toda una estructura deontológica y axiológica que muy pocas personas podrían comprender. Repetimos, ese ciudadano elegido debe gobernar solamente con los más idóneos, no con los más amigos.
Finalmente para decir, en nombre de muchos ciudadanos y ciudadanas que tienen el enorme poder del sufragio racional, que tan sólo somos un mar de simpatizantes de una figura que emergió desde el mismo pueblo y que, por ser tan igual a nosotros, los del mismo pueblo, este 27 de mayo de 2018 le entregaremos las confianzas enteras para el inicio de la gestión y acción de gobernante nuestro a través de nuestro sufragio, y también para decirle que estamos con él en el propósito y la tarea de recomponer nuestras parcialidades voluntariosas a través de un triunfo nacional, donde todos nos escuchemos en armonía y tranquilidad por lo que entregamos. El grupo de los apoyantes a la causa que representa Gustavo Francisco Petro Urrego, que somos muchos y que nos mostramos en cada una de las grandes concentraciones populares y en cada una de las 80 plazas del país, que así lo corroboran, allí solo estamos los que nos asomamos físicamente, pero también, en este grupo están los que los acompañamos emocionalmente, con nuestra intención plausible de tan sólo buscar trabajar entre todos por el país justo, igualitario y equitativo que nos marcará el derrotero de saber que solo “la democracia digna es el camino, hacia la concordia nacional”, sin duda.
Atentamente,
Un Ciudadano que cree en #PETRO2018, como presidente hasta el 2022